​OPINIÓN / La injusta ley de costas que afecta al litoral canario, por Ángel Peraza

Desde hace varios años se viene luchando por la regulación de la Ley de Costas en el litoral canario, una normativa que afecta a más de 200.000 personas en todas las islas.

Esta ley, aprobada en 1988, establece la protección y el uso sostenible del litoral español. Sin embargo, la realidad en Canarias es particular, ya que muchas personas desarrollaban actividades pesqueras y construían viviendas en zonas costeras mucho antes de la entrada en vigor de la normativa. Estas edificaciones no solo facilitaban el acceso al mar, sino que también formaban parte de un modo de vida profundamente arraigado en el archipiélago.

En los últimos años han surgido numerosos conflictos, debido a que se considera que muchas de estas viviendas están ubicadas en terrenos de dominio público marítimo-terrestre.

No obstante, al tratarse de construcciones anteriores a la aprobación de la ley, cabría cuestionar su situación legal a la luz de principios como el derecho adquirido y la protección del patrimonio histórico y cultural de las comunidades costeras.

Desde el Gobierno de Canarias se está trabajando en una normativa específica que regule esta situación, pero a día de hoy sigue percibiéndo como una solución lejana. Como una de las muchas personas que crecimos junto al mar en nuestras islas, hago un llamamiento para que esta ley se rediseñe con sensibilidad y justicia, permitiendo que estas viviendas permanezcan donde han estado durante generaciones, sin destruir una parte fundamental de la identidad y la cultura de nuestro archipiélago.

No podemos permitir que prevalezca el interés de grandes empresas que adquieren estos terrenos para construir complejos hoteleros o ampliar infraestructuras como aeropuertos y puertos, desplazando a comunidades que han vivido, cuidado y dado vida a estos espacios durante décadas.

Si de verdad España quiere avanzar junto a Europa, debe hacerlo en su totalidad. ¡Toda España! Espero que esta ley avance en la dirección correcta y contribuya a proteger una parte esencial de nuestra identidad.