Fotografías por cortesía del Ayto. de Breña Alta
Participar en la Pasión de Jesús de Breña Alta es una de las experiencias más profundas y hermosas que he vivido. No solo como actor interpretando a uno de los apóstoles, sino también como cantante de las canciones que acompañan la obra.
Desde el primer ensayo hasta el último aplauso, siento que estoy formando parte de algo mucho más grande: una tradición viva que une a nuestro pueblo a través del arte, la fe y el amor por nuestras raíces. Cada nota que canto y cada palabra que interpretó tienen un sentido especial.
Las canciones no son solo fondo musical, son el alma de cada escena, y muchas veces logran expresar lo que las palabras no alcanzan. Es emocionante ver cómo el público se deja llevar por la música, cómo se emociona, cómo conecta. En esos momentos, la representación deja de ser solo un acto cultural: se convierte en una experiencia espiritual compartida. Como apóstol, me toca también revivir una historia milenaria con respeto, compromiso y corazón.
Junto a mis compañeros, vecinos todos, logramos que Breña Alta se transforme por unas horas en un escenario sagrado. No somos actores profesionales, pero lo que hacemos lo damos con pasión, con entrega, con fe. Pero si hay algo que hace esta experiencia aún más especial para mí, es el hecho de haber comenzado en ella gracias a mi abuelo, que en paz descanse. Fue él quien me llevó por primera vez a participar siendo apenas un niño, y desde entonces no he dejado de formar parte de esta representación. Cada año, al subir al escenario, lo siento cerca. Su legado vive en mí, en cada canción que entonó y en cada escena que interpretó.
También quiero agradecer con todo el corazón a Carmen José Conesa Rute, directora de esta representación, por su incansable entrega, su sensibilidad artística y su capacidad para sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Su guía ha sido clave para que esta obra no solo mantenga su calidad año tras año, sino que también toque profundamente el alma de quienes la vivimos desde dentro y de quienes la contemplan desde fuera. Gracias a ella, la Pasión de Jesús en Breña Alta no es solo una representación: es una obra que late con vida propia.
Y no puedo dejar de mencionar a todas las personas que, año tras año, hacen posible esta representación: actores, cantantes, técnicos, vestuaristas, colaboradores, voluntarios y organizadores. Cada uno aporta una pieza fundamental para que la Pasión cobre vida. Y, muy especialmente, recordamos con cariño y gratitud a aquellos que en su día participaron con la misma pasión y hoy ya no están con nosotros. Su entrega y su memoria siguen presentes en cada escena, en cada aplauso y en el corazón de este pueblo.
Lo más hermoso de todo es la unión que se genera. Gente de todas las edades, trabajando juntos, ayudando, apoyándose. Hay algo mágico en ver cómo una comunidad entera se moviliza por amor a una tradición que nos define. Cada año, la Pasión crece, se enriquece, y emociona tanto a quienes la vemos como a quienes la hacemos posible.
Para mí, ser parte de esto es un orgullo. Es un honor cantar, actuar, sentir y vivir la Pasión desde dentro. Porque en Breña Alta, no sólo representamos una historia: la sentimos con el alma… y en mi caso, también con el corazón de mi abuelo latiendo conmigo.
Les dejamos la emisión en directo del evento realizada por este medio:
Comentarios