En Santa Cruz de La Palma, aparcar se ha convertido en una misión casi imposible. Calles estrechas, zonas ya saturadas y pocas plazas disponibles hacen que encontrar sitio para el coche sea un ejercicio de paciencia… o de suerte. En este escenario, los aparcamientos del muelle han sido durante años un alivio: un espacio céntrico, amplio y accesible para residentes, visitantes y clientes del comercio local.
Ahora, la noticia ha caído como un jarro de agua fría: estos aparcamientos quieren privatizarlos y convertirlos en plazas de pago. Lo que antes era un servicio público, pensado para facilitar el acceso al centro, pasará a ser un negocio más.
El argumento oficial parece ser que así se garantizará la “rotación” de vehículos, evitando que las plazas se ocupen durante horas. En teoría, una idea razonable. En la práctica, sin embargo, esto abre un debate mucho más profundo: ¿realmente se busca mejorar la movilidad, o simplemente recaudar más dinero?
Porque mientras las administraciones insisten en la necesidad de “regular” el aparcamiento, no parece que se estén tomando medidas paralelas para aumentar las alternativas reales: más plazas, transporte público más eficiente, incentivos para aparcamientos disuasorios… Nada de eso. La única propuesta que se concreta es cobrar por lo que antes era gratis.
La capital vive, en gran parte, de la actividad comercial y del flujo constante de personas que vienen no solo de otros barrios, sino también de municipios cercanos. Muchos de ellos aprovechan el viaje para hacer compras, gestiones o disfrutar de la restauración local.
Con aparcamientos de pago, este acceso se verá limitado:
-El cliente ocasional pensará dos veces antes de venir al centro.
-El vecino que trabaja en la zona tendrá que asumir un gasto extra diario.
-El comerciante, ya golpeado por la competencia online y los grandes centros comerciales, perderá parte de su clientela.
Y aquí la pregunta es inevitable: ¿alguien ha pensado en los comerciantes? ¿Alguien ha pensado en los residentes de esta zona, que verán restringido su propio entorno? ¿Alguien ha pensado en los vecinos de otros municipios que vienen a comprar a la capital?
Gestionar el espacio urbano es una responsabilidad seria. Pero cuando la prioridad es recaudar, y no mejorar el bienestar de quienes viven y mantienen viva la ciudad, las decisiones se vuelven cortoplacistas y dañinas.
Convertir el muelle en una zona de aparcamiento de pago no solucionará el problema de la movilidad en Santa Cruz de La Palma. Al contrario: puede restar atractivo al centro, reducir el flujo de visitantes y asfixiar más a quienes ya luchan por mantener sus negocios abiertos.
Santa Cruz necesita una política de movilidad integral y pensada a largo plazo: crear más plazas gratuitas o a bajo coste en zonas estratégicas, reforzar el transporte público, fomentar el uso compartido de vehículos… pero sin sacrificar uno de los pocos pulmones de aparcamiento que aún tenemos en nombre de una supuesta “rotación” que huele más a caja registradora que a servicio público.
Porque una ciudad no se construye privatizando lo que es de todos, sino cuidando lo que nos une y facilita la vida en comunidad. Y en este caso, los aparcamientos del muelle son mucho más que plazas para coches: son un punto de conexión entre la capital y su gente.
Además en calidad de director de DiarioPalmero.es quiero invitar al actual alcalde del municipio o algún responsable del consistorio, a mantener una reunión donde se explique con pelos y señales cual será el futuro de los aparcamientos, y no tener en vilo y con esta desinformación a la ciudadanía palmera.
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