Nosotros en La Palma trabajamos con doce de los catorce ayuntamientos; con todos, excepto con el de Santa Cruz de La Palma y el de Fuencaliente. No participamos con ellos, básicamente, porque no nos lo han pedido, no han contactado con nosotros;

Miriam Cañada, Banco de Alimentos de Tenerife: “En 2024 hemos repartido 88.500 kilos de comida en La Palma para 2.500 personas"

Carolina Lavado Callejo editora de DiarioPalmero.es ha querido entrevistar a Miriam Cañada para conocer cómo se trabaja en el Bando de Alimentos de la provincia de Tenerife
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Asociación Banco de Alimentos de Tenerife – BANCOTEIDE es una asociación no gubernamental sin ánimo de lucro, declarada de Utilidad Pública en 2012 y que forma parte de la Federación Española de Banco de Alimentos (FESBAL). 


En esta entrevista en exclusiva para DiarioPalmero.es, su responsable de administración, Miriam Cañada, explica el trabajo que realiza la asociación en La Palma, cómo funciona, el papel fundamental de los donantes y de los voluntarios, cómo han evolucionado las necesidades de los beneficiarios o cuál fue la experiencia tras la erupción del Tajogaite en 2021. Cuestiones que ponen en valor el importante trabajo que realiza esta asociación para ayudar a quienes más lo necesitan.


PREGUNTA: ¿Cuál es la misión de la Asociación Banco de Alimentos de Tenerife y cuál ha sido su trayectoria desde su fundación?


RESPUESTA: El Banco de Alimentos de Tenerife nace en el año 2006 y, en principio, lo que pretende es dar salida a los excedentes alimentarios que se producen en las diferentes fases de la cadena de producción, desde agricultores con productos frescos hasta fabricantes, distribuidores, cadenas comerciales… Nace con el objetivo de que esos excedentes sean repartidos, ya que están en buen estado para el consumo, pero por fecha corta, por problemas con el embalaje, etc. no están permitidos para la venta.


Esos excedentes se reparten entre las familias necesitadas de nuestra provincia. En Canarias hay dos Bancos provinciales, uno en Gran Canaria y otro en Tenerife. El que trabaja en La Palma es este último, que abarca las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Y el de Gran Canaria atiende a esta isla, Lanzarote y Fuerteventura.


Esta es la actividad básica del Banco y para lo que se crea. ¿Qué pasa? Que nosotros al final, dando esos primeros pasos, entendemos que no solo podemos ayudar a las familias con esos excedentes, sino también haciendo proyectos y en, nuestro caso, siendo de utilidad pública, podemos recibir alimentos o financiación por otras vías para comprar alimentos básicos.


PREGUNTA: ¿Qué datos manejáis sobre el desperdicio alimentario?


RESPUESTA: Una cosa que está más que demostrada es que el máximo del desperdicio alimentario se produce, por una parte, en la industria y, por otra parte, en los hogares. Por eso, también tenemos una guía para que el desperdicio sea cero y queremos profundizar más en dar consejos para que no se desperdicien los alimentos. Por ejemplo: hacer menús, congelar los productos, comprar solamente lo que se va a necesitar… Porque estamos hablando de que, según las cifras, cada familia puede desechar hasta 30 kilos de alimentos al mes, son muchísimos alimentos los que se tiran. Entonces también luchamos contra eso, porque al final entendemos que los alimentos en todos los procesos tienen que ser gastados, usados y consumidos, que al final es para lo que están hechos.


PREGUNTA: ¿Cómo funciona el Banco de Alimentos de Tenerife? ¿Qué proceso o fases siguen los alimentos desde que llegan al Banco hasta que se entregan a las personas?


RESPUESTA: En el caso de que los alimentos provengan, por ejemplo, de un distribuidor que es donante (Danone, Ferrero, Nestlé…), la mercancía llega al Banco de Alimentos bien porque nosotros la vamos a recoger o bien porque nos la traen. Una vez llega, el primer paso es hacer una entrada de los productos en nuestro programa informático, en la que se revisa que estén en perfecto estado para el consumo y comenzamos con la trazabilidad. Nosotros atendemos alrededor de unas 100 entidades. Entonces, por ejemplo, en La Palma no trabajamos con productos frescos, solo enviamos productos no perecederos, normalmente ni siquiera enviamos donaciones, solo productos comprados. ¿Por qué? Porque en La Palma una vez que nosotros hacemos el pedido, va a la naviera y, en ese proceso, el producto se puede estropear.


En casos como Tenerife, cuando es producto fresco intentamos que salga del Banco el mismo día que llega. Porque nosotros repartimos a las asociaciones y las asociaciones, a su vez, a las familias necesitadas, entonces, el proceso tiene que ser rápido y efectivo para que llegue en el mejor estado posible. Con el producto fresco lo tenemos un poquito más complicado y con el producto que es de corta fecha, lo mismo. Por eso, exigimos que a los productos que recibimos les quede, como mínimo, una semana para la fecha de caducidad o de consumo preferente. Una vez pasada la fecha, a no ser que tengamos un certificado de vida útil del producto, no lo repartimos. Como parte de la cadena alimentaria tenemos que garantizar la seguridad.


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PREGUNTA: Aquí en La Palma, ¿con qué entidades trabajáis? ¿Qué puntos de recogida de alimentos hay?


RESPUESTA: Nosotros en La Palma trabajamos con doce de los catorce ayuntamientos; con todos, excepto con el de Santa Cruz de La Palma y el de Fuencaliente. No participamos con ellos, básicamente, porque no nos lo han pedido, no han contactado con nosotros; en caso de que nos necesiten, estamos a su disposición.


Normalmente es en el área de servicios sociales o en locales que tienen los ayuntamientos donde se encargan de clasificar esos productos y repartirlos entre las familias que ellos tienen derivadas por servicios sociales. El Banco solo atiende a familias que tengan una derivación de servicios sociales o de un trabajador social colegiado.


Para nosotros es imprescindible que haya unos filtros para que al final el alimento llegue a la familia que esté declarada como de inclusión social, situación vulnerable o con una necesidad puntual


Nosotros, en principio, solo trabajamos con entidades que tienen una necesidad puntual y que estén legalmente registradas. O sea, para ser entidad colaboradora del Banco de Alimentos se necesitan unos requisitos, eso nos garantiza que las familias estén valoradas por profesionales. Y después también te dan recursos. En la mayoría de los ayuntamientos el Banco de Alimentos es un recurso complementario. Porque nosotros, evidentemente, no podemos garantizar una cesta de la compra para todo el mes.


A Los Llanos de Aridane, El paso y Tazacorte proporcionamos una ayuda especial con todo el tema del volcán. Tuvimos un proyecto con BBVA, que nos donó 150.000 euros en exclusiva para La Palma. ¿Qué hicimos en ese momento? Atender las necesidades que los propios ayuntamientos nos decían que había. Nos salimos un poco de nuestra actividad original, que en principio siempre son los alimentos, y pudimos comprar productos de limpieza, de higiene, etc. ¿Qué pasa? Que una vez terminados esos proyectos y esa financiación, trabajamos con lo que tenemos.


PREGUNTA: ¿Cómo es el trabajo entre los ayuntamientos y el Banco de Alimentos?


RESPUESTA: Es verdad que muchas veces con los ayuntamientos el contacto es complicado; primero, porque no estamos en la misma isla y, después, porque sabemos que los ayuntamientos cambian de color político y, al hacerlo, muchas veces también cambian los responsables del Banco de Alimentos. Si estuviéramos en La Palma, como nos pasa en Tenerife, a lo mejor la relación sería más cercana. Cuando es con una entidad pública es un poquito más complicado el contacto, porque trabajan con mil cosas y servicios sociales. Pero tenemos que decir que los ayuntamientos de la isla hacen un gran trabajo.


Sobre todo, con Los Llanos de Aridane, con Tazacorte, con los más grandes, sí que tenemos una relación estrecha y queremos conocer las necesidades que tienen, saber cómo se encuentran, y ese también es un objetivo para los próximos años, hacer una asistencia más importante entre las entidades inscritas y el propio Banco de Alimentos.


PREGUNTA: ¿Cuántos kilos de comida repartisteis el año pasado y a cuántas personas atendisteis en La Palma?


RESPUESTA: El año pasado repartimos 1.700.000 kilos en total y 88.500 kilos en La Palma. Y tuvimos 20.500 beneficiarios en la provincia y 2.500 en la isla.


PREGUNTA: ¿Y esto es más o menos que en años anteriores? O sea, ¿cómo ha sido la evolución de los últimos años en la cantidad de comida repartida por el Banco de Alimentos?


RESPUESTA: Antes de la erupción del volcán la ayuda era menor, pero con la erupción se disparó, sobre todo en los ayuntamientos no solo más cercanos, sino también más céntricos. Los Llanos no atendía solo a personas del municipio, ya que muchas personas se habían trasladado de otros municipios a los hoteles.


Entonces, para esos ayuntamientos dimos una ayuda extra. Ahora hemos notado que, a finales de 2024, principios de 2025, han bajado un poco los beneficiarios, pero somos conocedores de que, por desgracia, hay muchos ayuntamientos que siguen con carencias. Y ante la ausencia de la ayuda del Plan Europeo se ha dado un dinero para que se reparta en tarjetas monedero, que en 2024 las ha dado Cruz Roja.


Sabemos que en muchos casos no es suficiente para muchas familias; las habrá con una necesidad que a lo mejor puede ser cubierta solamente con las tarjetas de alimentos y otras cuya situación sea muy complicada y tengan que ampliar el recurso hacia el Banco de Alimentos.


PREGUNTA: En 2024 el Gobierno central estableció un nuevo modelo legislativo para el reparto de alimentos y otros recursos de primera necesitad mediante la entrega de esas tarjetas monedero que mencionas, de manera que los beneficiarios pueden adquirir con ellas los alimentos o productos en supermercados. ¿Cómo lo valoráis?


RESPUESTA: Nosotros tenemos que dar cuenta de que en Canarias tenemos muchas particularidades. En principio, ya no solamente con que la cesta de la compra es mucho más cara, sino también, por ejemplo, con el hecho de que somos unas islas que tienen mucha población mayor sola. Hay municipios en Santa Cruz de Tenerife donde el 80 % de las familias que van al Banco de Alimentos son personas mayores solas, sobre todo, en las zonas más rurales.


Entonces ¿qué pasa? Que esos fondos europeos solo abarcan a las familias que tienen menores a cargo con pocos ingresos, pero al final se quedan fuera otras familias y otros perfiles que siguen necesitando la ayuda del Banco de Alimentos. Por tanto, nosotros ahí hemos hecho un llamamiento a las administraciones públicas, porque necesitamos ayuda económica para llegar a esos perfiles donde Europa no llega.


PREGUNTA: ¿Cuál es el perfil de las familias y las personas que acuden a la recogida de alimentos aquí, en La Palma?


RESPUESTA: Nosotros, primero por la distancia y después porque los ayuntamientos son los que valoran, no tenemos un perfil claro. Aunque sí que es cierto que nos damos cuenta, cuando leemos informes y demás, que ese perfil va cambiando, a todos los niveles.


Estamos hablando de que, en principio, las personas que recogían alimentos normalmente eran personas en riesgo de exclusión social, personas normalmente provenientes de familias desestructuradas, con poca formación, con poco acceso a un empleo digno. Pero durante los últimos dos años, aproximadamente, hemos notado que acuden familias, con menores a cargo normalmente, incluso donde los dos progenitores trabajan. 


Hay personas que nunca han tenido que acudir a los servicios sociales para solicitar ningún recurso, pero entendemos que la subida del alquiler y de la hipoteca, la subida del precio de la compra, la subida de los suministros, etc., al final hace que tengas que acudir, aunque tengas trabajo.


También hay otros perfiles muy típicos: mujeres, familias monoparentales con menores o ascendientes a cargo y personas mayores solas. Y en muchos casos familias desestructuradas con bastantes menores a cargo. Pero sí es cierto que hemos notado ese cambio de perfil, familias que ahora tienen que solicitar ayuda porque con sus ingresos no llegan.


PREGUNTA: ¿Cómo percibes el sentimiento de esas familias que nunca han tenido que acudir a un Banco de Alimentos por primera vez?


RESPUESTA: Lo que nos comentan las entidades, que son las que directamente tratan con ellas, es que tienen un sentimiento de frustración. Yo creo que al final es incluso muchas veces de vergüenza, porque no creo que a nadie le guste hacer una cola para recoger alimentos. Al final lo que sienten es que no llegan, no por causa de que no trabajen o de que no quieran mejorar, sino porque no se les pone fácil.


Hay casos muy duros, familias que nos cuentan, por ejemplo, que tienen que poner agua en la leche porque con la que tienen no llegan. O en muchos casos que, aun pudiendo solicitar alimentos, no lo hacen, un poco por el estigma social. O pensar que son personas de segunda por recurrir a la recogida de alimentos. No es indigno estar en una cola para recibir alimentos, ni recibir alimentos. Lo que es indigno es que lo necesites y no lo hagas, o robarlo.


También hay muchas personas que acuden a la recogida de alimentos de forma puntual porque en ese momento lo necesitan. Y también ahí radica la honradez que tenga la persona. También, por desgracia, la picaresca española existe, pero tenemos que trabajar por quien lo necesita y no quedarnos con quien no lo necesita y abusa del sistema. Porque entonces las ONG no trabajaríamos en ningún sector, al final nosotros no podemos estar dentro de cada particularidad.


Pero sabemos que la gran parte del trabajo que se hace al final repercute en las familias necesitadas, yo creo que nos tenemos que quedar con eso. Para eso están los filtros, las visitas que hacemos a las entidades y el control que hacen las propias entidades a los usuarios, siendo voluntarios. Porque nosotros, como Banco de Alimentos, tenemos una red de voluntarios, tanto dentro de nuestro Banco como en las propias asociaciones. Hay que dar valor al resultado, pero también a la cantidad de trabajo que hay detrás de un reparto de alimentos.


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PREGUNTA: Has comentado que a La Palma solo llegan alimentos que son no perecederos. ¿Son todos productos alimentarios?


RESPUESTA: No. También hay, por ejemplo, gel de ducha, champú, pasta de dientes, agua de colonia... Los productos de limpieza no los adquirimos, con el tema del volcán sí lo hicimos de manera extraordinaria. En principio, alimentos no perecederos que para nosotros siempre son pasta, arroz, legumbres, aceite, conservas de carne, conservas de pescado y salsas, eso es como la cesta básica. Y después, todo lo que podemos ir añadiendo de productos donados que estén en condiciones para mandar.


PREGUNTA: Actualmente la sociedad tiene necesidades específicas de alimentación: alergias, intolerancias, celiaquías, etc. ¿Cómo se maneja esto desde el Banco de Alimentos?


RESPUESTA: Nosotros no podemos llegar a la alta demanda que hay en este sentido, por lo que entendemos que las tarjetas monedero son un avance y que puede ser recurso complementario del Banco de Alimentos con el que adquirir productos para personas con estas necesidades.


PREGUNTA: Además de excedentes de la cadena de producción, ¿recibís donaciones económicas?


RESPUESTA: Realmente, las fuentes de la actividad provienen principalmente de las donaciones en especies de agricultores, productores, distribuidores, fabricantes, cadenas comerciales… También obtenemos recursos económicos de las administraciones públicas y privadas que financian proyectos. Ahora mismo estamos trabajando con ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y también con entidades privadas, como Fundación Caixa, Mapfre, etc. Los recursos económicos se destinan tanto a la compra de alimentos como a los gastos de la actividad. Y después también tenemos convenios de empleabilidad con empresas.


Por otro lado, tenemos los bonos solidarios, que son pequeñas cantidades a partir de cinco euros para casos, por ejemplo, como carnavales, pues siempre tenemos alguna donación de una murga o de un grupo del carnaval. Cuando llega Navidad también lo hacemos y las propias empresas hacen recogidas de alimentos en sus instalaciones; recientemente, hemos recibido donaciones de BBVA, Leroy Merlín, el Colegio de Fisioterapeutas, etc. Entonces, al final, eso ayuda no solo a la recepción de alimentos, sino también a difundir y dar visibilidad al Banco.


PREGUNTA: ¿Ahora se dona más o menos ahora que antes? ¿Cómo han evolucionado las donaciones?


RESPUESTA: Nosotros hemos notado que en los últimos tres años las donaciones en especie han bajado entre un 80 y un 90 % en algunos casos. ¿Por qué? Porque aquí, en Canarias, cada vez hay menos industria. En Tenerife hay industrias que se han marchado, lo que hace que haya menos excedentes y, por tanto, haya menos excedentes para donar. También, algo que surgió después de la pandemia es que los procesos productivos son cada vez más inteligentes, están más informatizados. 


Por tanto, tenemos que entender que una empresa va a donar lo que no vende y el objetivo principal de una empresa comercial es vender y ganar dinero, porque para eso se crea. Nosotros lo tenemos claro, ¿qué pasa? Cuando donamos mercancía el donante puede recuperar entre un 35 y un 40 % de la cantidad donada, porque nosotros hacemos un certificado fiscal.


También nos ha afectado la nueva ley del desperdicio alimentario que entrará en vigor. Tenemos entendido que en el primer trimestre del 2025 las grandes superficies están obligadas a tener unos pasillos con productos que sean más baratos. Evidentemente, todo lo que venden más barato, antes nos lo donaban a nosotros porque no podían venderlo, entonces, esto hace que el excedente que nos llegue a nosotros sea menor.


Con esta nueva ley las empresas van a estar mucho más fiscalizadas en todos los procesos de producción. De hecho, muchas empresas con ánimo de lucro están contactando con los donantes para decirles que ellos les gestionan esos excedentes, porque ahora todo hay que certificarlo, hay que tener un proyecto de autocontrol. Se viene mucho trabajo para todos los engranajes de la cadena alimentaria. Muchas empresas han aprovechado ese filón, contactan con los donantes y adquieren esa mercancía por un bajo precio. Por tanto, los bancos de alimentos ya no solo recibimos menos, sino que tenemos que competir con empresas que sí tienen ánimo de lucro.


PREGUNTA: ¿Y cómo enfrentáis esta situación?


RESPUESTA: Tenemos que renovarnos o morir. Y también tenemos que dar a entender al fabricante que no todo es el dinero, aunque su principal fin sea ese, sino que al final esos alimentos lleguen a las familias que lo necesitan y que, en muchos casos, son alimentos que normalmente no pueden adquirir. Te pongo el caso de la Nutella, por ejemplo, que no es un producto básico, pero muchas familias adquieren esos productos porque son donados, ya que no los podrían comprar. Entonces, también tenemos que dar importancia a la labor social y trabajar mucho con la responsabilidad social corporativa. Creo que es importante que las empresas entiendan que cuando ayudas al tejido social, de algún modo también estás ayudando a las familias que lo necesitan.


Sabemos que tenemos un reto importante para este 2025, sobre todo, la digitalización, las redes sociales, todo lo que sea la difusión de la actividad. En eso también está colaborando con nosotros la Federación Española de Banco de Alimentos, creando planes de comunicación, de cómo funcionamos… Trabajamos con ilusión y entendemos que el Banco es necesario. Ojalá yo no tuviera que trabajar aquí, porque significaría que estamos en una sociedad justa, pero, por desgracia, no es así. Trabajamos incansablemente para poder cumplir nuestro objetivo: que todas las familias puedan tener un plato de comida delante.


PREGUNTA: Antes hablabas del importante papel del voluntariado en el Banco de Alimentos. ¿Cuál es su papel?


RESPUESTA: Nuestra Junta Directiva es voluntaria, porque así lo rigen los estatutos. Yo, por ejemplo, soy secretaria de la Junta Directiva, pero soy secretaria voluntaria. En nuestro caso, somos seis trabajadores, pero se necesita la ayuda de los voluntarios, si no, sería imposible; contamos con alrededor de 10 o 15 voluntarios fijos en nuestras instalaciones. En muchas asociaciones pasa lo mismo, tienen personal contratado a través de proyectos, pero en muchos casos trabajan con voluntarios.


Cuando hacemos campañas de gran recogida, campañas de cualquier evento solidario, contamos con entre unas 300 o 400 personas y en estos casos sí somos todos voluntarios. Hemos salido de la época más complicada del año, que es Navidad; para nosotros es una absoluta locura por todo el trabajo que hacemos. Aunque también es una época en la que defendemos más que nunca el espíritu solidario y parece que la gente tiende a ser más generosa. Y nosotros aprovechamos las circunstancias de esta coyuntura para hacer campañas.


Tenemos que estar muy agradecidos a la sociedad. En el caso de la DANA de Valencia demostramos la gran sociedad que somos, porque al final el pueblo es el que ayuda al pueblo. Eso es una realidad y yo creo que también pasó con el volcán de La Palma.


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PREGUNTA: ¿Cómo fue vuestra experiencia con la erupción de Cumbre Vieja en 2021?


RESPUESTA: Nos vimos un poco desbordados, porque nos llamaban empresas, particulares y también tuvimos que hacer un trabajo de canalizar la ayuda y de ponernos en contacto directo con los ayuntamientos y preguntar qué necesitaban. Como toda burbuja fue maravilloso, pero cuando la burbuja bajó nadie se acordaba de La Palma y ahí es cuando entró de forma más fuerte el Banco de Alimentos. Nosotros pudimos aportar durante los tres años siguientes a la erupción volcánica alrededor de unos 250.000 euros, entre empresas, bancos de alimentos del resto de España, el proyecto que te he comentado de BBVA, empresas que hicieron donaciones exclusivas para La Palma, etc.


En el primer momento, por querer ayudar tanto, hubo una gestión un poco caótica de todo lo que llegó, fueron unos primeros meses de caos. Después fue cuando nos llamaron y dijeron: “Oye, que ya ha desaparecido todo el tema mediático y ahora sí que necesitamos ayuda, porque las familias siguen necesitando alimentos, productos de aseo, de limpieza, agua…”. También contamos con la ayuda de las cadenas comerciales, que para nosotros son muy importantes, estamos hablando de que no sólo nos permiten estar en sus instalaciones para las campañas de alimentos, sino que también recogemos merma de sus instalaciones.


También, en el caso de Carrefour, por ejemplo, tenemos un convenio por el que cualquier compra que realizamos nos regalan el 4% de esos productos; en el caso de Mercadona tenemos un convenio de 15 toneladas al año de productos básicos. La verdad es que el tejido empresarial también es muy solidario, en líneas generales estamos muy agradecidos con todos.


PREGUNTA: ¿Cuáles son los planes del Banco de Alimentos de Tenerife para este 2025?


RESPUESTA: Este año lo que estamos trabajando mucho es la digitalización de los procesos, la intención es avanzar en la digitalización. Nos vamos dirigiendo hacia la Agenda 2030 en el tema de la optimización de los recursos. Queremos ser una entidad responsable, entonces la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) ha hecho un proyecto que se llama Plan B que pretende que haya un proceso transparente y fácil entre los donantes y el beneficiario final. Así que nuestro gran proyecto para el final de este año es la digitalización. Otro objetivo es aumentar los financiadores que tiene el Banco de Alimentos para poder ampliar los proyectos y también desarrollar proyectos de formación para facilitar la inserción laboral.


PREGUNTA: En los últimos meses algunas figuras políticas han declarado públicamente que La Palma se está recuperando a nivel social y económico. ¿Cuál es tu visión al respecto?


RESPUESTA: Lo que a nosotros nos trasladan desde los ayuntamientos es que sigue habiendo personas con mucha necesidad y que, en muchos casos, han recuperado sus vidas de alguna manera, pero no sus viviendas. 


La erupción del 2021 ha dañado profundamente a todo el tejido empresarial de La Palma y, por tanto, a los trabajadores. Hay familias que siguen teniendo necesidad de alimentos, incluso con recursos propios no llegan. Y a nosotros eso nos preocupa, porque al final el ayuntamiento es la principal herramienta para ayudar a los ciudadanos, es decir, son los ayuntamientos los que tienen que dotar de recursos a los ciudadanos para poder avanzar.


Desde DiarioPalmero.es queremos agradecer a nuestra protagonista la buena predisposicon y la amabilidad con la que ha tratado a nuestra editora a la hora de realizar esta enterevista, y les deseamos a ella y a todo su equipo del Banco de Aliemntos toda la suerte del mundo en este bonito proyecto. 


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Pluma escritor
Nieves Yurena Rodríguez Brito
|04/07/25
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