En Canarias, el sistema de ambulancias se tambalea peligrosamente. Las imágenes de cientos de ambulancias paradas, mientras los hospitales se desbordan, son un reflejo del caos organizativo que enfrenta la región. Este panorama es una consecuencia directa de una gestión deficiente, marcada por la desidia de la patronal y el olvido de las condiciones laborales del personal sanitario.
Una realidad muy preocupante
Las cifras son alarmantes: decenas de hospitales en Canarias dependen de un sistema de transporte sanitario que no funciona como debería. Las ambulancias permanecen inmóviles, no porque no haya demanda, sino porque no hay personal suficiente o las condiciones laborales son tan precarias que resulta imposible mantener un servicio eficiente. Los trabajadores se enfrentan a sueldos bajos, jornadas interminables y una falta de descanso que pone en peligro no solo su salud, sino también la de los pacientes.
Personal al límite
Los técnicos y conductores de ambulancias trabajan en condiciones inhumanas. Las jornadas laborales superan con creces las 12 horas en muchos casos, y los descansos son una quimera. A esto se suma la falta de reconocimiento económico y profesional. ¿Cómo puede ser que quienes tienen en sus manos la vida de los ciudadanos sean tratados con tal desprecio?.
Responsabilidades claras
La patronal, responsable directa de gestionar este servicio esencial, parece más interesada en los beneficios que en garantizar un servicio de calidad. La situación también pone en tela de juicio la actuación del gobierno regional, que ha permitido que esta crisis se perpetúe sin ofrecer soluciones reales. Mientras tanto, la población es quien paga las consecuencias.
Soluciones urgentes
La situación requiere medidas inmediatas y contundentes. Es fundamental:
-Incrementar los sueldos y mejorar las condiciones laborales de los trabajadores para atraer y retener personal.
-Firmar el nuevo convenio con urgencia
-Revisar los contratos y exigir a la patronal el cumplimiento de estándares de calidad.
-Aumentar la inversión pública en el sistema de transporte sanitario para garantizar un servicio ágil y eficiente.
-Escuchar a los profesionales del sector, quienes conocen de primera mano las necesidades y los retos que enfrentan.
- Gestion directa desde las administraciones públicas
Un llamado a la acción a quien correspoda
El transporte sanitario es un pilar fundamental de la salud pública. Ignorar la crisis de las ambulancias en Canarias es jugar con la vida de las personas. Es hora de que las autoridades y la patronal asuman su responsabilidad y pongan fin a este desastre de gestión. Los ciudadanos no pueden seguir siendo rehenes de un sistema que les falla cuando más lo necesitan.
Comentarios