Santa Cruz de La Palma, conocida por su encanto colonial y sus vistas espectaculares, también alberga una playa que, aunque podría ser un atractivo turístico de primer nivel, actualmente se encuentra en un estado lamentable. Recientemente, un hombre de nacionalidad alemana sufrió un accidente en este lugar, lo que pone de manifiesto los riesgos asociados con la falta de mantenimiento y la negligencia en sus accesos.
La playa, en teoría un espacio para el disfrute de locales y visitantes, no es accesible para todos. Los accesos están en mal estado, las pasarelas en mal estado, poco seguras, que representan un peligro evidente. Este problema no solo afecta a personas con movilidad reducida, sino también a cualquier usuario que quiera disfrutar de este entorno natural sin exponerse a posibles accidentes.
El caso del turista alemán es un recordatorio alarmante de que la situación no puede ser ignorada por más tiempo. Según los testigos, el hombre tropezó en uno de los caminos en mal estado y sufrió heridas en la cara y más concretamente en la boca, sangrando muchisimo, que requirieron atención médica. Este incidente no solo empaña la imagen de Santa Cruz de La Palma como un destino acogedor, sino que también subraya la urgente necesidad de mejoras estructurales y medidas de seguridad en la playa.
Las autoridades locales deben asumir su responsabilidad. No se trata solo de garantizar la seguridad de los residentes y visitantes, sino también de preservar la reputación de un lugar que depende en gran medida del turismo. La accesibilidad y la seguridad no son un lujo, sino un derecho. Una playa en condiciones óptimas no solo beneficia a los turistas, sino también a los residentes que quieren disfrutar de su entorno sin preocupaciones.
Es hora de actuar. Invertir en la rehabilitación de los accesos, instalar señalización adecuada y garantizar un mantenimiento constante no son tareas titánicas, pero sí indispensables. Una playa segura y accesible puede ser un motor económico y un orgullo para la comunidad.
Santa Cruz de La Palma tiene todo el potencial para ser un referente en turismo responsable y sostenible. Pero ese sueño solo será posible si se toman medidas inmediatas para garantizar que su playa deje de ser un peligro y se convierta en un verdadero paraíso costero. No esperemos a que otro accidente nos recuerde la importancia de cuidar lo que tenemos.
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