​Vuelven los Indianos, por Sira Bau.

Mi familia materna es de Asturias y allí se reconoce a los que volvieron de hacer las Américas porque tienen plantada en su jardín una palmera. O eso es lo que siempre me contaron mis tías… Me parece curiosa esta relación en mi vida entre el árbol característico de ese regreso, mi facilidad para dibujarlo y La Palma, isla en la que residí dos años.

No he podido vivir los Indianos. Aquel febrero de 2020 iba a despegar con mi mayor ilusión hacia La Palma, pero la calima no me dejó. El episodio de calima del domingo 23 de febrero provocó que los aviones con destino a la isla bonita se quedaran en tierra (por culpa de la tierra, precisamente je, je) y muchos nos quedamos a las puertas de vivir esa gran fiesta de los Indianos en Santa Cruz de La Palma. Y entonces llegó la pandemia y los siguientes años, ya conmigo como una palmera más, tampoco pudo ser.

Este año quizá sea la oportunidad… Puede que no se repita ver la fiesta desde la distancia. Ojalá pueda redescubrir ese encanto de la ciudad resaltado aún más en forma de polvos mágicos, de música, de tradición, de alegría por ese reencuentro.

Es maravilloso ver cómo los palmeros han cuidado una tradición tan bonita y eso ha llevado a que cada día haya más visitantes deseando conocerla. Quizá, como he leído en alguna ocasión, la fiesta ya no sea lo que era, haya perdido esencia… En realidad, todas las fiestas de todos los lugares han cambiado desde que surgieron. Pero es que la fiesta la hacen sus gentes; y ellas también cambian… Todo cambia.

Seamos conscientes del cambio y reconozcamos… ¡Qué bonita tradición recrear esa vuelta de los seres queridos a la tierra palmera!

Gracias por estar ahí.