El servicio de violencia de género del 112, financiado por el Instituto Canario de Igualdad (ICI), dependiente de la Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias, registró cerca de 8.568 alertas durante los primeros seis meses del año, de las que 1.657 fueron en el mes de junio, un 14% más que en el mismo mes del año pasado y el mayor volumen de toda la serie mensual de este año. Del total de mujeres afectadas en junio, 51 tenían alguna discapacidad.
En este último mes se registró un aumento de las llamadas de emergencia, las que suponen peligro inminente para la mujer que estaba siendo agredida, que representaron un 60% del total. Estas llamadas generaron 165 activaciones de los dispositivos de emergencia para mujeres agredidas de las islas (DEMA) y 32 mujeres y sus 25 hijas e hijos tuvieron que abandonar su hogar para recibir alojamiento en los recursos que el ICI financia con los cabildos. Solo en este mes se movilizaron 965 recursos policiales y 92 sanitarios.
En la gran mayoría de las llamadas el agresor fue la pareja (814) o la expareja (378), pero también se registraron agresiones realizadas por hijos (67), desconocidos (34), padres (17) o hermanos (31).
La consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias, Candelaria Delgado, considera que “las violencias machistas son un problema estructural de extrema gravedad” y apela a la conciencia ciudadana para que la población se implique en la denuncia. “Muchas mujeres -argumenta- viven una situación de emergencia en sus propios hogares, conviven con su maltratador, exponiendo cada día su salud mental, su integridad física, su vida, y en algunas ocasiones también las de sus propias hijas e hijos por lo que es vital que cualquier persona pueda alertar llamando al 112 en el que caso de que sospeche que alguna mujer pueda estar sufriendo violencia”.
“Es urgente que toda la sociedad se posicione contra la violencia de género y las posturas negacionistas que solo contribuyen al empoderamiento de los machistas y violentos que consideran a la mujer, sea su pareja o no, un ser inferior, de su propiedad, a quien puede maltratar e incluso decidir sobre su vida”, añade.
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