El CD Mensajero ha perdido por dos tantos a tres ante el CF Panadería Pulido en la final de la copa que daba opción a jugar la Copa RFEF. Los rojinegros lograron remontar el tanto inicial del Panadería Pulido San Mateo, sin embargo, dos descuidos defensivos ya con el partido avanzado, cercenaron las posibilidades de seguir en la competición nacional.
No empezaron bien las cosas para el Mensajero, quizá presagio del epílogo. Las huestes de Josu Uribe pese a ser netamente superiores en los primeros 10 minutos de juego, incluso, con un disparo de un atinado Pirri, encajaron. En un desajuste defensivo –el primero-, Ale González aprovechó un balón filtrado dentro del área para rematar a placer (14’). El tanto del San Mateo, un jarro de agua fría sobre los locales.
Le costó salir de la dinámica negativa, pero lo logró cuando Vianney retrasó su posición para sacar el balón jugado. Ir a por el empate sin descubrir en exceso la espalda; era complejo, pero lo logró a base de inteligencia. La primera, con un Dani López que supo forzar el penalti de la igualada (1-1, Vianney). Los rojinegros habían recuperado su tono inicial.
No obstante, los de Israel Quintana sabían dónde y cuál era su partido: robar y salir a la contra. Y así rozaron el segundo tanto; sin embargo, Padilla respondió con una gran parada. Del susto a la alegría. Y es que el ‘Mensa’ salió rápido y conectó con un Malick que batió a Ravelo (2-1, 40’).
Tras el paso por vestuarios, el Mensajero apretó en busca del tercer tanto. Toni Robaina y Dani López lo intentaron sin fortuna, y ahí los locales le metieron pausa a la eliminatoria federativa. El San Mateo no encontraba la manera de desbloquear la zaga palmera, y entraba en barrena. Por su parte, los de Josu Uribe volvieron a merodear el tanto, ahora con Pirri como protagonista.
Y cuando parecía que el desenlace sería favorable, llegó un error defensivo que aprovechó Ribalta para batir, por debajo de los pies, a Padilla (2-2, m. 75). Ese, el principio de un final un tanto cruel para los rojinegros. Y es que una pérdida en territorio comprometido le brindó un balón a Ale González que, sin pensárselo y desde 40 metros, transformó en el definitivo 2-3. La dicha y la opción de pasar a la fase nacional, en un pozo.
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