​Gustavo Petro ¿El fin de América latina?, por Leandro Rodríguez Linárez.

Gustavo Petro, candidato presidencial para las próximas elecciones presidenciales en Colombia, es un hombre con una vida muy oscura, a temprana edad formó parte de la organización guerrillera insurgente colombiana “Movimiento 19 de abril” bajo el alias de “Comandante Aureliano", guerrilla responsable de atroces crímenes, motivo suficiente para ser inhabilitado políticamente de por vida.

En 2010 y 2018 su publica postura de apoyo a figuras como Fidel Castro y Hugo Chávez le costó su triunfo, de hecho, en esa última elección la ganó el actual presidente Duque bajo la consigna “Colombia no será Venezuela”, es por ello que Petro para la contienda de este 2022 intenta marcar diferencia con el castrochavismo en Venezuela, criticando fuertemente a Nicolás Maduro, ahora bien ¿Alguien podrá creer ese viraje ideológico tan repentino?

Lo preocupante de todo esto, es que alguien con la trayectoria que exhibe Petro, pudiera estar abonando a la infección ideológica del continente americano, bajo gobiernos nefastos que usan las pitonisas ofertas socialistas de igualdad e inclusión, mientras obran malignamente para atornillarse al poder bajo un esquema de desinstitucionalización, generación de violencia, pobreza y resentimiento que destruye a las naciones inoculadas, los mejores ejemplos son Venezuela, Nicaragua y la longeva Cuba socialista.

En lo que va del Siglo XXI, toda Latinoamérica ha sido asaltada por una casta gobiernera socialista en donde se ha generado la corrupción más abominable que ha conocido la humanidad, que ha empujado a la población latinoamericana a niveles de pobreza inéditos. Esa cofradía entre quienes destacan Chávez, Maduro, Lula, los Kirshner, Evo, Correa, entre otros, han sido los fulgentes propulsores del socialismo en todo el mundo, afortunadamente España supo poner freno a Iglesias.

Colombia es vital, no hay que olvidar que allí se produce la mayor cantidad de droga en el mundo, es el principal puerto de distribución en alianza a gobiernos “del nuevo orden” que, según investigaciones internacionales, prestan todo su poderío de Estado para la distribución de estos maliciosos productos, además, también son importantes aliados de grupos irregulares con nexos terroristas, entre otras no menos trágicas andanzas.

Sí Petro llega a la Presidencia, todo el lamentable poderío negativo neogranadino (en manos de una pequeña élite) pudiera expandirse sin limitantes y, del puñado de gobiernos enemigos de la democracia que posee hoy la región, pudiera proliferar a toda una región con esas lúgubres características... ojalá reine la sensatez.