Cerca de 8.000 niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad en la provincia tinerfeña reciben apoyo de Cruz Roja

Hoy, 20 de noviembre se cumplen 31 años de la aprobación de un compromiso histórico para los derechos de los niños y las niñas: la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, una ley internacional que se ha convertido en el acuerdo de derechos humanos más ampliamente ratificado de la historia y ha contribuido a transformar la vida de niños y niñas de todo el mundo.

Son muchos los avances que se han producido en las últimas décadas para proteger los derechos de la infancia en todo el mundo, sin embargo, aún no se ha logrado que todos los niños y niñas, sin excepción, disfruten de una infancia plena y libre de vulneraciones y son muchos los retos pendientes para garantizar que los derechos de la infancia sean protegidos y respetados.

En general, se podría afirmar que en nuestro país existe una infancia saludable, formada y relativamente protegida, aunque coexisten importantes retos que tenemos que afrontar para que ese bienestar conseguido en términos generales no se vea amenazado por los riesgos con los que tienen que convivir en la sociedad actual: la pobreza, la desigualdad, la discriminación, la violencia, los hábitos de vida no saludables o la falta de protección son una realidad en las vidas de miles de niños y las niñas y generan numerosas vulneraciones de sus derechos que deben resolverse desde los ámbitos social, familiar, educativo, político y/o económico.

La pobreza infantil tiene consecuencias importantes en la vida cotidiana de los niños/as y jóvenes, que se prolongan a lo largo del ciclo vital. Las familias que sobreviven con muy bajos ingresos o con períodos en los que carecen de estos se ven sometidas a procesos de deterioro personal y social, frecuentemente a más enfermedades físicas y mentales, así como a procesos de ruptura y desestructuración. Existe suficiente evidencia de que las personas que tienen progenitores con bajo nivel educativo y que crecen en un hogar en riesgo de exclusión social sufren a menudo esta situación en su vida de personas adultas, transmitiendo esta propensión a la generación siguiente.

La labor de Cruz Roja con la infancia, la juventud y las familias en dificultad social está enfocada a responder a las situaciones que generan vulnerabilidad. En lo que va de año, alrededor de 8.000 niños, niñas y adolescentes de la provincia tinerfeña han recibido apoyo de la organización en el ámbito educativo, social y de ocio, desde programas específicos de Cruz Roja y de Cruz Roja Juventud.

Por un lado, desde el Programa de “Atención a personas en Situación de Extrema Vulnerabilidad” del Área de Intervención Social, Cruz Roja en la provincia de S/C de Tenerife ha entregado material escolar a 1.311 niños y niñas, juguetes a 1.589 menores y se ha cubierto las necesidades básicas de 1.200 menores, entre otras ayudas. A esto se suma la atención en materia de emergencia social (alimentos, productos de higiene, vestuario, pago de suministros, …) a 4.878 personas y familias en dificultad social. Además, dentro del proyecto Cruz Roja Responde puesto en marcha desde que se decreta la situación de alarma sanitaria debida a la COVID-19 se han atendido hasta la fecha a 33.593 personas y familias para la atención y cobertura de las necesidades básicas.

Por su parte, Cruz Roja Juventud mantiene un compromiso continuado con la infancia y la juventud, para lo que cuenta con el apoyo de más de 430 personas voluntarias en la provincia tinerfeña. Entre otras ayudas, este año se ha realizado la entrega de material didáctico-educativo (libros de texto, material escolar, Tablet, …) (739 menores), juguetes (376), meriendas (618), y acompañamiento y seguimiento educativo formativo (4.181 menores).

Los principales proyectos desarrollados desde Cruz Roja Juventud a favor de la infancia y juventud en la provincia de S/C de Tenerife son los siguientes:

Promoción del Éxito Escolar

Actualmente, este proyecto atiende a más de 150 menores en dificultad social en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, de edades comprendidas entre 6 y 16 años que se encuentran cursando primaria o secundaria, y presentan dificultades en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Concretamente, se desarrolla en el municipio de S/C de Tenerife y comarca Acentejo, financiado por fondos IRPF, comarca Sur, financiado por el Ayuntamiento de Adeje, y en la comarca Abona e isla de la Gomera, con fondos propios de la Institución.

El objetivo de este recurso social es mejorar la calidad de vida de la infancia y la juventud en situación de vulnerabilidad. Para ello, se refuerza las competencias académicas a través de sesiones de apoyo escolar a niños y niñas de familias en situación de vulnerabilidad, así como tareas lúdico-educativas. Asimismo, se desarrollan talleres de promoción de hábitos de vida saludable y en habilidades sociales, se les entrega kits de material escolar, meriendas saludables y se les facilita el acceso a los recursos necesarios (material escolar, acceso a dispositivos digitales, …) para alcanzar su éxito escolar.

Durante el periodo de confinamiento, se continuó desarrollando el proyecto, haciendo entregas a domicilio de meriendas saludables a las familias, préstamo de tablets con acceso a internet, para reducir la brecha digital y que pudiesen seguir su desarrollo académico. Además, el voluntariado continuó desarrollando sesiones de apoyo escolar online por videoconferencia.En lo que va de año se han atendido a 2.132 niños y niñas a través de este proyecto.

Infancia Hospitalizada

El objetivo principal de este proyecto, financiado por el Gobierno de Canarias, es mejorar la calidad de vida de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes ingresados en los hospitales de Tenerife y La Palma. Para ello, se trata de cubrir sus necesidades emocionales, cognitivas y lúdico-educativas, a través de sesiones de animación, psicomotricidad, juego, animación a la lectura, nuevas tecnologías, apoyo escolar, acompañamiento, …, procurando que la hospitalización no suponga una ruptura en su proceso de desarrollo, tanto personal como educativo. Asimismo, se busca mejorar la capacidad e implicación de las familias y tutores/as, para favorecer la situación del menor en el proceso de su enfermedad e ingreso. En total, este año se han atendido 574 menores.

SENSIBILIZ-ACCIÓN

Este proyecto, financiado por el Servicio Canario de Empleo y el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), con el que se pretende llegar a unos 2.000 jóvenes de entre 12 y 20 años, se centra en tres áreas: Educación para la Salud, Educación para la Convivencia Positiva, Educación Ambiental. Educación para la Salud, como herramienta de prevención de hábitos que conlleven riesgos asociados al bienestar físico, psíquico y social de la juventud, mejorando los hábitos relacionados con la alimentación, la salud sexual y el consumo de drogas. Educación para la Convivencia Positiva y Educación Ambiental.

Convivencia Positiva, tiene dos objetivos fundamentales: uno de prevención y otro educativo - concienciación. Para ello, se prevé la impartición de talleres en los centros educativos públicos y privados, de una serie de talleres relacionados con Violencia de Género, Acoso escolar y ciber acoso, xenofobia - racismo y discriminación relacionada con la identidad sexual.Desde el área de Medioambiente se tratarán los siguientes temas: cambio climático, desarrollo sostenible, preservación de la biodiversidad, huella ecológica y consumo responsable.

Centros Móviles Educativos

Unos 90 menores del municipio San Cristóbal de La Laguna han sido atendidos este año a través de este recurso social, cofinanciado por el Ayuntamiento, y desde el cual se intenta garantizar la igualdad de oportunidades, disminuir la brecha social trabajando en la prevención del fracaso escolar y favoreciendo el progreso académico de estos niños y niñas.

Semanalmente acuden a las aulas de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja y del Centro Ciudadano Las Madres de La Laguna, facilitándoles un servicio de transporte, para que además de clases de refuerzo escolar reciban educación en valores, herramientas para la gestión emocional y la resolución positiva de conflictos, y acceso a un ocio positivo a través de la realización de actividades en el exterior y en entorno natural. Paralelamente, desde el proyecto se cubren los gastos básicos (alimentación, productos de higiene, etc.) y los derivados de la vida académica (libros, uniformes, materiales, ayuda de óptica, entre otras).