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​Un punto de vista diferente para un cuadro especial, por Ismael Francisco Sánchez.

​Nuestro colaborador Ismael Francisco Sánchez, nos trae un nuevo artículo sobre el mundo del Arte.
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VV


El retrato de Carlos María Isidro de Borbón nos resulta a muchos evocador y distinguido entre toda la colección de efigies de los legitimistas que reúne el patrimonio carlista. Fue pintado por el artista Vicente López cual cuenta con otro lienzo de dicho rey en el Museo del Prado. Este en particular presenta una pincelada corta propia de principios del siglo XIX que se asemeja a la velazqueña a pesar de distanciarse doscientos años del barroco español del XVII.



A pesar de todo lo dicho, nadie se plantearía la idea de manifestar que este cuadro podría ser reinterpretado desde el pasado; si lo comparamos con el estilo retratista por antonomasia como es el barroco español, encontramos una serie de diferencias que de ser modificadas darían una imagen distinta pero singularmente magnánima a la figura principal.


La pincelada de Vicente López es pulquérrima y no ha de ser juzgada, no obstante el fondo es vacío, parsimónico y carente elementos compositivos que producen en el espectador una percepción vislumbrante de emociones transmitidas por el artista; por ejemplo, en los siglos pasados al XIX se usaba casi en su totalidad los cielos como elemento del tercer plano ya que las ondas de las nubes crean un mapa de movimiento que transmite al espectador una sensación de sosiego y movimiento. 


Por otro lado hay una luz sin proveniencia tras el rostro que desde un punto de vista objetivo trataríamos inexistente, pues no podría ser artificial ya que no proyecta la sombra de la figura del primer plano; asimismo se comienza a percibir el cambio en el uso del negro que poco a poco fue creando el Impresionismo (que sustituyó negro por azul); un claro ejemplo de esto es la parte de la prenda que destaca por la zona del brazo más prominente, manifestando la carencia de una muy necesaria sombra negra por la parte del costado.


También vemos como el color amarillo era usado en los rostros ya que se creía que eran producidos por la incidencia de la luz solar, este posteriormente es sustituido por colores crema que nos recuerda más a una fotografía que a una pintura, pues los amarillos son propios de ondas solares y velas, mientras que en la actualidad hay luces artificiales que transmiten blancos y suprimen los ocres.



Podemos generar mayor intriga proponiendo una visión alternativa al resultado del cuadro, producido por una paleta restringida a colores pasteles (sería sugerente); por otro lado Carlos V tiene dibujado el contorno de las orejas, una menudencia que en los siglos pasados no se solía presentar debido a que los artistas eran más propensos a pintar casi a mano alzada, demostrando un gran manejo de la agudeza visual; de igual modo que un contorno negro transmite la presencia de dibujo restando importancia a la pintura como era el caso de las representaciones anteriores al Renacimiento. Para concluir, el retrato sería perfecto con un mayor contraste, casi atendiendo al claroscuro; es entendible que el autor no abogase por estos estilos ya que en esta época estarían en desuso. 


Comentarios

OPINIÓN

P1040580
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Sira Bau
|04/23/24

Nuestra editora Sira bau nos deja un nuevo artículo "desde la distancia" de como echa de menos a nuestra querida isla de La Palma

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Imagen de WhatsApp 2024 04 11 a las 09.09.24 208b9e67
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Ángel Peraza
|04/11/24

Muchos al leer el título se estarán preguntando a qué se debe este nombre tan particular.

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P. Daniel Noboa Azin
P. Daniel Noboa Azin
Leandro Rodríguez Linárez.
|04/09/24

Nuestro colaborador y Politólogo Leandro Rodríguez Linárez, nos vuelve a dejar otro artículo de su perspectiva de la política a nivel mundial

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