​Las peticiones para recibir clases online se disparan en la península.

Cuando en casa hay niños en edad escolar y la enfermedad se convierte en un problema, todo se complica. En primer lugar, los progenitores priorizan la salud de los pequeños, pero cuando esto supone un largo periodo de convalecencia, aparecen otra serie de problemas derivados de la situación. Uno de ellos es la educación.

Con casi la mitad del curso pasado perdido, los estudiantes no pueden permitirse un segundo encierro de similares características. Por este motivo, las asociaciones de padres ya están manos a la obra y solicitando que se equipe a todos los centros educativos con la tecnología necesaria para que las clases puedan darse de forma telemática y con todas las garantías.

Los colegios e institutos siguen sin tener la infraestructura de redes necesaria para llevar de forma totalmente óptima esta tarea. Se necesita aumentar el equipamiento destinado a convertirlos en centros digitalizados. Ni las conexiones a internet son las adecuadas, ni los servidores de los centros están preparados si fuese necesario un segundo confinamiento.

Si que es cierto que en los últimos meses, y ante la llegada de la segunda oleada de contagios que ha llenado de incertidumbre el sector de la enseñanza durante los próximos meses, algunas instituciones ya han empezado a trabajar para proveer a los colegios de equipos como switches, routers, firewalls profesionales aprovechando las facilidades que ofrecen algunas gamas como las de Cisco Refurbished, de conseguir equipos de alta calidad a precios ventajosos.

No sólo los centros deben equiparse.

Los hogares también tienen que estar preparados por si fuese necesario un nuevo cierre de los colegios, institutos y universidades. En la mayoría de los casos, solo se necesita una conexión a internet de alta velocidad y un equipo para trabajar, bien sea un ordenador portátil o una tablet. Más del 70% de las familias ya cuentan con algún dispositivo de este tipo.

El problema reside tanto en el otro 30%, que no tiene capacidad económica para adquirirlos o allí donde no solo hay un estudiante, sino que son varios y necesitan un equipo para cada uno puesto que los horarios de clase son coincidentes y no hacen posible utilizar uno de forma compartida.

Ahí las instituciones también tienen que ponerse manos a la obra y dar facilidades y ayudas a estas familias para que puedan tener el material necesario y una conexión a internet con la calidad suficiente.

Hoy en día se echa mucho más en falta si cabe la necesidad de una conectividad a internet universal que permita que cualquier persona pueda tener acceso a la red de forma fácil y segura para atender situaciones básicas de la vida diaria.

Es una oportunidad única para que las instituciones den un paso al frente y trabajen en la digitalización del país por completo.