Fotografía por cortesía de Encanto Palmero
Las últimas semanas he estado viviendo algo que muchas personas viven continuamente; es el estar sin tiempo para uno mismo, sin pausas para poder parar un poco y tener que estar de un sitio a otro con prisas...Aquí en Tenerife hay que tener en cuenta la densidad de tráfico y los atascos para poder llegar a los sitios, lo que merma la calidad de vida. No es algo nuevo, lleva ocurriendo muchos años, pero el hartazgo hace que se vuelva más presente en la vida de los que vivimos en las islas mayores.
Desde la distancia, se echa de menos ese ritmo más pausado de La Palma, ese bienestar por ver todavía salvaguardado un estilo de vida más cercano a la naturaleza y al presente, sin ansiedad por llegar a la hora siguiente con puntualidad.
En la isla Bonita, cuando se entra en los núcleos urbanos, los conductores no tienen opción de cansarse de poner la primera marcha en la caja de cambios del coche una y otra vez sin poder cambiar a segunda, o tercera, ya que la cola no avanza…
En la isla Bonita, puedes calcular mejor los tiempos para llegar, o al trabajo, o a la felicidad de tu hogar, de la playa, del monte… En la isla Bonita todavía hay posibilidad de mantener todo eso y avanzar con inteligencia y responsabilidad hacia un desarrollo acorde con el medio ambiente y las necesidades sociales.
La agenda completa de las prisas debería convertirse en una agenda completa de acciones que busquen el equilibrio entre las personas (y su entorno) y el dinero que mueve el mundo.
Gracias por estar ahí.
Nuestra editora Sira bau nos deja un nuevo artículo "desde la distancia" de como echa de menos a nuestra querida isla de La Palma
Muchos al leer el título se estarán preguntando a qué se debe este nombre tan particular.
Nuestro colaborador y Politólogo Leandro Rodríguez Linárez, nos vuelve a dejar otro artículo de su perspectiva de la política a nivel mundial
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