El pasado día 1 de octubre, comenzó el Mes Misionero Extraordinario, una iniciativa convocada por el papa Francisco hace dos años. Lleva por lema: “Bautizados y enviados: La Iglesia de Cristo en misión en el mundo”. En la diócesis, las actividades previstas para este mes comenzaron con la Eucaristía que presidia el obispo en la capilla del Seminario.
La “missio ad gentes” es el paradigma de toda la pastoral de la Iglesia. Es el modelo de toda acción evangelizadora de la Iglesia. Su identidad, mística, metodología y espiritualidad marcarán el futuro inmediato de toda acción eclesial en este siglo XXI. Por tal motivo, durante este mes se nos invita a recuperar la teología y espiritualidad de la “missio ad gentes”, reflexionarlas, orarlas y ponerlas en práctica.
Cuatro son las dimensiones, señaladas por el Papa, para vivir con más intensidad el camino de preparación y realización del Mes Misionero Extraordinario de este octubre de 2019:
Encuentro personal con Jesucristo vivo en su Iglesia: Eucaristía, Palabra de Dios, oración personal y comunitaria.
Testimonio: santos, mártires, confesores de la fe, que son expresión de las Iglesias repartidas por todo el mundo.
Formación: bíblica, catequética, espiritual y teológica sobre la “misio ad gentes”.
Caridad misionera: como apoyo material para el inmenso trabajo de evangelización de la “misio ad gentes” y de la formación cristiana de las iglesias más necesitadas.
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