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La Piel Dura o Repescar la Infancia...Por Angharad Morgan.

Angharad Morgan nos trae un nuevo artículo con una nueva crítica del mejor cine.
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1976 la piel dura 1b 

En estos días de confinamiento, vienen las dudas, las ansias de querer salir y de apreciar lo que antes teníamos y no le dábamos importancia. En esta encrucijada, cuando tenemos niños, se ve multiplicada pero ¿por qué? ¿Por qué se nos hace difícil pasar tanto tiempo encerrados con los niños? ¿Por qué tenemos esa “necesidad” de perderlos de vista aunque sea solo un rato? No es una respuesta fácil, pero lo que es evidente es que al alcanzar la edad adulta, nos olvidamos de la mirada infantil con la que afrontábamos el mundo y pretendemos imponer nuestra circunstancia a los que pequeños que ven su rededor de un color distinto a nosotros.



Siempre he sido ferviente defensor del cine como instrumento educativo, no solo por su cariz artístico, sino por esa capacidad de transmitir sensibilidad y valores. Pero esa función formadora no está únicamente destinada a los más jóvenes. Asimismo, los adultos tenemos mucho que absorber de las películas.


Hoy he querido referir una película que nos puede ayudar a comprender mejor el mundo de los niños. Es cierto que hay muchas, desde el canto a la vida y a la naturaleza como ‘Mi vecino Totoro’, deliciosas como ‘Los chicos del coro’, profundas como ‘Boyhood’ o devastadoras como ‘Las tortugas también lloran’ o ‘Estación central de Brasil’, pero quiero dedicarle unas líneas a una película que me parece el mejor reflejo de la infancia que hay en el cine y, en estos tiempos que vivimos, insisto en ello, nos ayuda a comprender mejor como los niños ven el mundo: ‘La piel dura’, de François Truffaut.


Es posible que esta película no sea ni la más conocida ni la más aclamada ni la más perfecta. Además, aunque la Nouvelle Vague no sea un cine que me acabe de apasionar, Truffaut me parece, sencillamente, un gigante. Capaz de construir obras maestras de historias ¿pequeñas? y de la realidad más cercana. ‘La Piel Dura’ es una pieza coral donde, a través de diferentes personalidades de los niños de un colegio, Truffaut nos muestra la distancia abismal que existe entre la comprensión adulta, la educación en la escuela y la mirada infantil. 



En ella tenemos un niño tímido que sueña con su primer beso; el fanfarrón que quiere ser el primero en todo; dos hermanos que no paran de hacer travesuras; un niño maltratado por su madre alcohólica; otro que se gasta todo su dinero en golosinas y otro que lo guarda. Todo un crisol en el que podemos encontrar con quien identificarnos. A medida que va avanzando la historia, vemos como se forjan las amistades, los primeros amores o vínculos puros o interesados. 


Por supuestos, todo esto nos sirve como excusa para conocer a esos adultos que, o están ausentes de la educación de sus hijos porque solo trabajan y quieren imponer sus criterios en casa; la madre soltera que está más preocupada de encontrar novio que de cuidad a su hijo; la maestra que está más pendiente de trabajar con comodidad que de educar; y, esa madre alcohólica, maltratadora que enseña la cara más amarga de nuestra sociedad. Es curioso como nadie se percata (o no se quieren percatar) de los maltratos a este niño, llamado Julien, a pesar de que es evidente (algo similar a lo que veremos posteriormente con la niña del abrigo rojo en ‘La lista de Schindler’). Julien es el único niño que quiere escapar de su propia infancia para, siendo adulto, poder ser libre del dolor que sufre.


No quiero destripar la película, pero quiero destacar dos momentos que me parecen significativos. El inicio, donde la maestra se empeña en que los alumnos reciten con pasión y entonación unos versos de Moliere y ellos no lo hacen, pero, en cuanto la educadora abandona el aula, uno de ellos empieza a interpretar y lo hace como todo un actor profesional. Una muestra de como el sistema educativo está alejado de la realidad de los niños. Y, por supuesto, el monólogo final del maestro, instando a los niños a defender siempre valores y que eduquen a sus futuros hijos en esos valores positivos. Emocionante.


Para terminar, quiero destacar el homenaje que hace Truffaut al cine que en esta película se convierte en esa sala donde todos los personajes escapan de sus vidas. Donde pueden evadirse, donde pueden descubrir mundos nuevos, donde afloran amores puros y deseos más perversos y, el único lugar, donde adultos y niños son iguales y tienen la misma mirada.



Así que les recomiendo esta película de 1976, ‘La piel dura’, disfrútenla, paladeen sus escenas y su trasfondo y sigan descubriendo, si no lo han hecho ya, a un director como François Truffaut, que, quizá debido a su infancia difícil, nunca dejó de mirar al cine con ojos de niño, que amó todo lo que supone este arte y que, por desgracia, nos dejó demasiado pronto. 


Angharad Morgan


Comentarios

OPINIÓN

Almendro 2017 85
Almendro 2017 85
Sira Bau
|02/07/24

Hoy me toca ir de excursión con la mente… Como si estuviera en La Palma, me apetece salir a recorrer la isla desde la distancia. 

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1. taburiente
1. taburiente
Ángel Peraza
|03/20/24

El volcán de Taburiente es un beneficio para todsos y cada uno de los vecinos/as y no podemos permitir que abandone nuestra isla de La Palma

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Presidente Bukele (cropped) horz
Presidente Bukele (cropped) horz
Leandro Rodríguez Linárez.
|02/21/24

Nuestro colaborador/Politólogo Leandro Rodríguez Linárez, nos vuelve a dejar un artículo muy interesante de la Política en general.

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